Fuente foto: Opinion Bolivia
Always Ready cerró el título antes del final con una campaña dominante y goleadas que marcaron el año. La noticia no es solo que campeonó: es cómo lo hizo, con poder ofensivo brutal y regularidad que dejó sin margen a los perseguidores.
Cuando un equipo se corona así, es porque ganó partidos “fáciles” y también los partidos “trampa”. Y además porque tuvo figuras: goleadores, asistidores, y una estructura que se mantuvo firme durante meses, sin caerse por presión o lesiones.
El impacto es doble: por un lado, la hinchada disfruta el título; por otro, el resto de clubes toma nota. Porque un campeón tan fuerte obliga a todos a mejorar: planteles, ritmo, preparación física y planificación.
