Bolívar salió con mentalidad de final y se llevó un resultado gigante en la ida: victoria 0-2 en el Víctor Agustín Ugarte frente a Nacional Potosí. Ganar en Potosí ya es difícil por el ambiente y la altura, pero hacerlo en una final te cambia toda la serie: ahora la Academia vuelve a La Paz con ventaja real y con el título mucho más cerca.
El partido se empezó a inclinar temprano: Carlos Melgar abrió el marcador a los 19’ y el golpe anímico fue fuerte para el local. Nacional intentó reaccionar, pero Bolívar se vio más claro en las decisiones y más fino cuando tuvo espacio para acelerar. En una final, eso vale oro: no se trata de tener la pelota “por tener”, sino de lastimar cuando aparece la chance.
Lo más llamativo es que Bolívar no se cayó ni cuando se quedó con 10: a los 28’ fue expulsado Luis Fernando Paz, y aun así el equipo aguantó el sacudón y siguió compitiendo con orden. De hecho, antes del descanso llegó el segundo: Dorny Romero marcó a los 35’ y dejó a Nacional contra la pared. Eso dice mucho de la personalidad del equipo: incluso con desventaja numérica, mantuvo estructura y pegó cuando el partido estaba caliente.
Con este 2-0, la final queda servida para la revancha en La Paz: Nacional Potosí va obligado a buscar una remontada grande, mientras Bolívar puede jugar con la presión del rival y con la ventaja en el bolsillo. La vuelta está programada para el lunes 22/12 (19:00) en el Hernando Siles, y ahí se verá si Nacional logra una noche perfecta… o si Bolívar termina de cerrar la copa.
